Notas editoriales

El título de esta colaboración va ligada al valor de la especialidad, misma que explicaré a continuación.  “Outsourcing” (fuente externa), responde a la necesidad de contar con recursos, experiencia y talento que no tenemos dentro de nuestras empresas.

Pero antes, quiero comentar que, en los últimos años, este término se ha asociado, con un modelo que no tiene nada que ver con su verdadero significado y valor, me refiero a un modelo de simulación, que algunos prestadores de servicios ofrecen y que algunas empresas han adoptado con el único propósito de disminuir las cargas sociales al simular un esquema de tercerización. Afortunadamente este modelo se ha venido regularizando también en los últimos años, aunque el término ha sido citado erróneamente.

El primer valor del “outsourcing” se encuentra, en mi opinión, en la oportunidad que le da a la dirección de una empresa para no distraer su atención en áreas o funciones en las que no se tiene experiencia o que no cuenta con todos los conocimientos necesarios para dirigirlas; de esta forma, al final, puede agregar valor al negocio estando a cargo de un especialista.

La frase “zapatero a tus zapatos” aplica perfectamente a lo que comento, el valor del zapatero radica en el diseño y fabricación de zapatos, pero necesita algunas otras funciones de apoyo y sobre las cuáles el zapatero no cuenta con las habilidades o recursos internos requeridos.

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Esta frase también me trae a la mente un costo difícil de medir, pero que es real y significativo: el costo de oportunidad.  ¿Cuánto le cuesta a mi organización que yo, como directivo o dueño de una empresa, dedique tiempo a cuestiones que a lo mejor ni entiendo, en lugar de dedicarme a diseñar o fabricar más zapatos?

Otro ejemplo y que está muy presente en nuestros tiempos es que si no soy bueno para refinar petróleo, ¿que tal si le pido a otra empresa que lo haga por mí y convierto un procesos en rentable?

El segundo valor que quiero compartirte es el relacionado con establecer una relación B2B, empresa a empresa, lo que significa contar con el respaldo permanente, de no solo el ejecutivo que te atiende, sino de un grupo de expertos que pueden asistirte en resolver asuntos “inesperados”. Tu relación en ese caso es empresarial y no dependiente de personas específicas.

Este tipo de relaciones debieran considerarse estratégicas, que aporten valor y que colaboren con el crecimiento empresarial, por lo que te sugiero que cuando las evalúes no te quedes solo en el nivel de costos operativos.

Te comparto un ejemplo con fines didácticos. Si contratas a un contador su costo se verá reflejado en su sueldo más prestaciones igual a “X”. Si contratas una firma para que te lleve la contabilidad, su costo probablemente será “XX”. ¿Porqué pagar “XX” si puedo pagar “X”? Pues porque puedo tener acceso a especialistas, porque rompo dependencias personales y porque puedo tener consejos independientes con experiencias en otras empresas como la mía.

Existen áreas en donde el “outsourcing” ha tenido mayor auge porque precisamente son áreas de “expertise” especializado, como por ejemplo el marketing o TI (administración de sistemas y tecnologías de la información), áreas hoy muy en boga por la creación y administración de las aplicaciones en la nube, que te ayudan a dar a tus clientes experiencias extraordinarias.

“Encuentra a los beisbolistas, no a los que se ven bien con las gorras de beisbolistas” Tom Manohan CEB